Genesis es mi banda favorita, desde hace muchos muchos años. Cada cierto tiempo la dejo de escuchar, la dejo reposando, a fuego lento, y luego la saco a las pistas de nuevo.
Me gusta lo ambicioso de sus composiciones. Esas ganas de lograr algo nuevo, revolucionario. Claro, especialmente en la primera etapa, con Gabriel y Hackett, y no debo olvidar a Phillips, me dice siempre un amigo. Pero el talento de Banks, Collins y Rutherford es muy potente también, y en un estilo más pop, siguieron haciendo gala de éste.
Me da lata pensar que para el concierto en Wembley de 1987, yo tenía apenas 13 años. No sabía ni donde estaba parado. Y estos tipos tocando ese show espectacular. Pero, bueno, es lo que me tocó no más. Y por eso mismo fue tan impresionante cuando vino Rael a Chile, un grupo argentino de tributo a Genesis, y que también tenía composiciones propias.
Fue increíble, en un teatro allá en Irarrázaval, con un ambiente casi como la carátula del Live. Y el tipo tenía una voz notable, y hay que tener presente que uno en todo momento la estaba comparando con la de Gabriel. O sea tenía que ser notable para hacerle collera. Y lo más increíble, y que yo no tenía idea, fueron los disfraces. Fue espectacular. Fue como una máquina del tiempo. Fue la oportunidad de poder experimentar, vivenciar uno de los conciertos del periodo clásico de Genesis. En esos teatros cerrados. Un rito. De culto.
Y eso fue. Por muchos años no vi otras bandas tributo a Genesis. Estuve un poco apartado de la agenda musical. Y ahora, hace muy poco, sale Seconds Out. Banda chilena, o sea genial, porque puedo ir a todos los conciertos que hagan, al menos en Santiago.
Y para remate, finalmente, Genesis se reúne y sale de gira. Increíble. Ya tengo mis entradas. Me aseguré. Un amigo me dijo que se agotaron en 75 minutos. En UK dos fechas y una gratis en Roma. Julio del próximo año. Increíble. Creo que el 2007 se viene genial.