2010/06/11

Despidos

Ser despedido debe ser una de las experiencias más dañinas para la autoestima. Te podrán dar las mejores explicaciones, si tus empleadores son considerados y diplomáticos; o sencillamente decirte algo tan duro como "váyase, ya no lo necesitamos"; o incluso "váyase, usted no sabe hacer su trabajo". Como sea, la situación no es grata.

¿Es justa la situación? El mercado no lo es. El mercado se puede equivocar muchas veces, creo que todos podemos encontrar numerosos ejemplos de ello. Ejemplos de negocios de rentabilidad astronómica, pero en que el aporte a la sociedad es miserable o a veces incluso perjudicial.

Creo que lo que no fue ético fue que durante la campaña se les haya dicho a los funcionarios públicos que no se preocuparan, que sus puestos no corrían peligro. Esa sí fue una gran mentira.

En muchas empresas ocurre que llegan nuevas jefaturas, y traen con ellas a sus propios equipos, que tarde o temprano desplazan a quienes venían trabajando de buena forma con la jefatura anterior. ¿Acaso la nueva jefatura es mejor que la anterior? ¿Acaso la jefatura anterior era mediocre? La pregunta importante no es esa. Creo que la pregunta es si los empleados antiguos lograrán sintonizar con la nueva jefatura. Si lo hacen, quizá la nueva jefatura considere preferible mantenerlos, al menos a algunos; pero de lo contrario sencillamente serán reemplazados.

¿Hacían mal su trabajo los funcionarios anteriores? No es el punto, el punto es la sintonía que puedan lograr con la nueva jefatura. Ahora, si la nueva jefatura tiene un plan que cumplir, y no está dispuesta a correr el riesgo de trabajar con un equipo que no conoce, puede incluso ocurrir que aquellos funcionarios competentes y que sí tenían la actitud de sintonizar con los nuevos jefes, terminen en la calle.

¿Es justo que despidan a una persona competente y de trayectoria en una empresa o en el Estado? Creo que la pregunta no es esa. Más bien lo importante es recordar que la legislación establece medidas de protección a los empleados, como la indemnización por años de servicio. Si una empresa o el Estado despiden una persona sin cumplir con esos resguardos legales, entonces sí sería un abuso; pero de lo contrario simplemente se están cumpliendo las reglas del juego, y no me parece que tenga asidero reclamar por ser despedido.

¿Eran o no competentes las personas despedidas? Bueno, si lo son, pues tienen el mercado, ya no el Estado, para demostrarlo.

Si hay algo de lo que sí creo que se pueden quejar, es de la promesa de campaña de que sus puestos no corrían peligro. Aunque quizá más bien debieran reprocharse su propia candidez al creer semejante promesa.

Una marcha de protesta por los despidos me parece entonces un mediocre espectáculo, salvo que se estuviera incumpliendo con las indemnizaciones. Si son competentes, asuman el desafío de encontrar un nuevo trabajo o formar una empresa; y no levanten el cartel de injusticia con la (consciente o inconsciente) intención de evitar que su competencia se pueda poner en duda.

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